MI CASA
En el infame rincón del monólogo.
Me sorprenden las cosas,
y las dudas.
Vivo con los espejos,
de mis máscaras.
adulando los vicios
de mis sombras.
Vivo comprendiendo el mundo
con mis liturgias de loco,
haciendo de las cosas
trajes de silencios
en noches de luna.
en noches de luna.
acorralado,
vuelvo al llano
de las sombras,
donde nunca acabo
de morir.
Al tic tac del tiempo
me sorprende la noche.
Oigo zumbar un mosquito
y las campanas de una ermita.
Hay noches destronadas
por un grito de luna.
Entre velas y jolgorios en velorios
se van las horas
y no hay como enterrarse solo
y te vas yendo muy adentro,
despacito,
mordiendo hierro y rabia,
mientras afuera,
se fragua un silencio infinito
que estalla
en mil astillas.
Sobre este paisaje detenido
nada termina de caer.
El cielo y la noche pasan
peinando las nubes
de horizontes perdidos.
Aquello que nunca llore de cerca
ni de lejos
es ahora
un corazón
de sueños encontrados.