Hilos de luz amarran
el cielo de la tarde.
El tiempo está anudado
en la sombras.
el viento sopla
como un forastero
y rompe los arboles.
Hay tantas tardes caídas
en el umbral de la casa
que guardo soles
para mis noches
Hay tantas tardes caídas
en el umbral de la casa
que guardo soles
para mis noches
y hojas como años
en la memoria.
En los espejos
me acuerdo de mi mismo
y nada parece culparme.
Un brillo de cosas
borra el calendario
de mis años.
La espera pica la tarde
y vuelvo al silencio.
En mi jardín
hay un colibrí que aún
hay un colibrí que aún
busca el aroma de un día.
¡Cómo no hallar un lugar
donde no duela el recuerdo
o este beso de luz
que hoy resbala
en mi ventana?
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